Siempre he querido explorar, crear mi propia aventura para de mayor contearles a mis nietos mis visitas a nuevos mundos, la gente que conocí, y en resumen las anecdotas que siempre he querido vivir.
El otro día, sin darme cuenta, aprendí una valiosa lección. No está mal querer conocer nuevas tierras, pero antes tienes que detenerte a conocer la tuya propia. Valorarás más lo que tienes.
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